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jueves, 16 de octubre de 2025

Episodio XI El Despertar de los aranceles del 100%


Estados Unidos, bajo la sabia y algo impulsiva, dirección de su líder, ha decidido que la mejor forma de “proteger su economía” es… dispararse en ambos pies y luego culpar al resto del mundo.
Sí, has leído bien aunque parezca una mala secuela, los nuevos aranceles del 100% a productos chinos. O lo que es lo mismo, si antes un móvil costaba 500 dólares, ahora costará lo mismo que un riñón en el mercado negro de Tatooine.

El objetivo oficial: “defender la industria nacional”.
El objetivo real: que ningún americano vuelva a ver un iPhone, una camiseta de Shein o un cargador USB sin hipotecar su casa.

China, ese gigante que nunca olvida y mucho menos perdona, ha respondido con calma milenaria… y con su propio arsenal de aranceles, claro. Mientras tanto, en Pekín, el Consejo de Comercio del Lado Oriental ha declarado:

“Si quieren jugar a la guerra económica, nosotros traemos los fuegos artificiales.”

Empresas chinas ya están desviando sus exportaciones hacia otros sistemas estelares perdón, mercados como Europa, África y Latinoamérica. Y ojo: Pekín no solo fabrica productos, también fabrica deuda estadounidense. Así que si se cansan, solo tienen que vender unos cuantos bonos del Tesoro y dejar al dólar temblando más que C-3PO en modo pánico.

En los suburbios de Estados Unidos, la Fuerza del descontento se siente fuerte.
Ese ciudadano medio que solo quería comprarse un microondas o un dron para su perro, ahora se enfrenta a precios que parecen sacados de una tienda de Naboo.

Las empresas locales, que supuestamente iban a beneficiarse, ya están descubriendo que fabricar dentro del país cuesta más que un viaje al hiperespacio. Mientras tanto, las pequeñas tiendas online están cerrando una tras otra, víctimas del sablazo arancelario.

La inflación, esa vieja villana de la saga económica, ha vuelto.

Más aranceles = más costes = más precios altos = más cabreo.

Y el Banco Central estadounidense ya prepara su sable de interés para intentar contenerla.
 Pero esta claro, subir los tipos otra vez podría paralizar la economía, así que el Imperio está atrapado entre dos opciones:

A) Dejar que el dólar se derrita.

B) Provocar una recesión digna de un final de temporada.

Mientras tanto en Europa observa desde su trinchera comercial, con una copa de vino y una ceja levantada:

 “Otra vez los americanos jugando con fuego…”

El resto del mundo se prepara para el tsunami económico, e aquí que en América "Latina" o más bien Hispana, podría beneficiarse vendiendo más materias primas. Por el otro lado tenemos a África mientras se frota las manos ante las nuevas oportunidades industriales.

Y las criptomonedas... bueno, ellas ya están sacando palomitas, porque cada vez que los gobiernos se pelean, Bitcoin sube de nivel como un Jedi en entrenamiento.

Los sabios del comercio internacional Jedi, también conocidos como burócratas con corbata han advertido:

“Los aranceles del 100% no protegerán a nadie. Solo harán que todos gasten más y ganen menos.”

Pero claro, ¿desde cuándo los políticos escuchan a los Jedi de la economía?. Así que el universo comercial se encamina hacia una nueva guerra de precios, tensiones y memes sobre Made in China.

Y porque no un Epilogo de película: El Imperio del Caos Contraataca

El 2025 se perfila como el año en que los aranceles se convirtieron en el nuevo sable láser económico.
El problema es que, como todo sable láser, corta por ambos lados.

Y mientras los líderes de ambas potencias juegan al ajedrez con la economía global, los consumidores como siempre, son los que terminan en el tablero.

Porque al final, en esta galaxia llamada Tierra,
los aranceles no protegen… solo encarecen.


martes, 26 de agosto de 2025

Episodio X – La Venganza de los Aranceles

 Cuando tus zapatillas de edición limitada se quedan varadas en el hiperespacio aduanero

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy globalizada…
Los imperios comerciales de Europa y Estados Unidos convivían en relativa paz. DHL, FedEx, UPS y otras naves de carga intergaláctica surcaban los cielos llevando desde gadgets inútiles hasta la cafetera retro que no necesitabas.

Hasta que llegaron LOS ARANCELES.

El 29 de agosto: El día que el hiperespacio se cerrara.

Todo comenzó con la eliminación del régimen de “mínimas” ese pequeño salvavidas fiscal que permitía a los envíos de bajo valor entrar sin dramas aduaneros.

Pero resultado: DHL, FedEx, UPS, DPD y GLS han dicho:

“Mira, nos bajamos de este X-Wing. Paquetes a EE. UU.? Solo si llevan un sable láser incluido para abrirnos camino entre burocracia y costes.”

Así que la decisión tomada a sido suspender temporalmente los envíos desde Europa a Estados Unidos. O lo que lo es mismo, tu pedido de zapatillas, piezas de Lego o repuestos para la Thermomix made in Texas… olvidado.

¿Por qué este drama galáctico?

Todo comenzó en una galaxia no tan lejana… Estados Unidos.
Primero llegó Trump con su sable arancelario con un “¡Protejamos nuestra economía! ¡Aplíquese un peaje a todo lo que huela a extranjero!”. Luego vino Biden, que muchos pensaban que apagaría el fuego,…, pero no, simplemente añadió más leña al fuego. Teniendo como resultado cada tornillo, cada botón, cada paquete de galletas que cruza el Atlántico paga ahora su peaje imperial.

¿Y qué hay de la famosa eliminación del “mínimas”?
Pues ahora lo barato sale caro. Ese pequeño detalle que permitía mandar cositas sin arruinarse desapareció el 29 de agosto. Y no, no estamos hablando de tu ex que siempre salía “barato” al principio y luego costó un dineral emocional, sino de los envíos internacionales que ahora llevan precio premium.

Para las empresas de paquetería, esto es un drama digno de Shakespeare,…, o de Star Wars
mandar un paquete pequeño a EE.UU. cuesta casi tanto como enviar a Chewbacca en primera clase, con menú vegano incluido.

Y así estamos en un conflicto comercial que, bajo la bandera de “proteger al país”, está dejando a consumidores, negocios y hasta al turismo como víctimas colaterales de esta guerra económica.

¿Qué significa esto para Estados Unidos?

El Imperio del Tío Sam acaba de descubrir que dispararse en el pie duele,…, y mucho.

Menos productos europeos en sus tiendas. Adiós al jamón serrano, al queso francés y a esa moda sueca que los hipsters de Nueva York veneraban como si fuera un culto. Ahora, prepárense para una dieta patriótica de hamburguesas industriales y “queso” naranja que no se derrite ni con el láser de la estrella de la muerte.

Inflación más alta. Cuando lo extranjero no entra, lo local sube. Y sube tanto, que hasta la mismísima Estrella de la Muerte parece barata en comparación.

Con un ahumento de clientes cabreados, Amazon Prime necesitará El Lado Oscuro de la Fuerza para justificar los retrasos. Porque, claro, cuando tu cafetera italiana tarda tres meses en llegar, ni Yoda te salva del enfado.

¿Y para la Unión Europea? En esta saga, los Rebeldes tampoco salen ilesos.

Una mayor pérdida de competitividad. Vender menos en un mercado del tamaño de EE.UU. duele más que un sablazo de Darth Vader.

Las empresas logísticas afectadas son DHL, FedEx Europe y compañía ya están mirando al cielo… “¿Habrá mercado en Marte?”

¿Americanos en Roma, París o Barcelona gastando dólares? Porque, sorpresa, esos dólares se están quedando retenidos en aduanas, junto con los quesos, vinos y perfumes que ya no cruzan el charco.

Veamos a continuación los efectos colaterales intergalácticos:

Pymes en riesgo: Las pequeñas empresas europeas que vendían online a EE.UU. podrían verse atrapadas en carbonita económica. Sus dueños, cual Han Solo, flotando en el espacio del e-commerce, congelados por la burocracia.

Caída de confianza comercial: Si las superpotencias no pueden comerciar sin lanzar rayos láser aduaneros, ¿qué esperanza le queda al resto de la galaxia?

Y sí, las criptomonedas pueden beneficiarse: Mientras los aranceles bloquean cargueros en las fronteras, pagar con Bitcoin o stablecoins para esquivar tarifas empieza a sonar menos a “plan de locos” y más a estrategia rebelde digna de Leia Organa: rápida, directa y sin pasar por aduana.

Los aranceles no solo frenan paquetes, también frenan economías. Lo irónico es que, en su heroico intento de “proteger” a la industria local, EE.UU. podría estar encareciendo su propio mercado, debilitando su competitividad y empujando a Europa a buscar nuevos aliados… tal vez en Asia, tal vez en la blockchain.

El 29 de agosto marcará el inicio de una nueva era comercial:

“El Imperio Aduanero contraataca, y los consumidores… siempre pagan el precio.”

jueves, 5 de junio de 2025

Episodio II: El Ataque de los Aranceles

Una historia de burocracia galáctica, drama económico… y criptomonedas temblando

Hace mucho tiempo, en una economía muy, muy paranoica…

Los planetas de la galaxia vivían en aparente armonía comercial, intercambiando productos, tecnología y memes sin control. Pero un día, el Supremo Líder del planeta América decidió que comprar barato era peligroso y que los enemigos se escondían… ¡en las cajas de productos importados!

Así nació la temida medida económica: los aranceles.

¿Qué son los aranceles y por qué dan más miedo que Darth Vader en Hacienda? Un arancel es un impuesto que se aplica a los productos extranjeros que entran en un país. Así que en otras palabras:

“¿Quieres venderme tu producto mejor, más barato y más rápido que el mío? Perfecto… pero te cobro un extra solo por existir.”

Es como si en lugar de darte las gracias por traer una paella de otro planeta, te cobraran por no cocinarla tú.

¿Entonces cuál es el objetivo real de los aranceles? Oficialmente, suena muy noble:

  • Proteger la industria nacional, porque tu primo que hace sandalias artesanales no puede competir con una fábrica de alienígena automatizada.

  • Aumentar la recaudación, cuando ya se exprimió todo lo demás, toca sacarle impuestos al aire,…, o al comercio exterior.

  • Presionar diplomáticamente, porque nada dice “negociación seria” como ponerle un arancel del 80% a las bicicletas francesas.

Pero en la práctica, es como ponerle freno a una nave espacial porque te molesta que vuele mejor que la tuya.

Ah, el Tribunal… esos sabios del libre mercado que intentan poner orden mientras los políticos comerciales disparan sin apuntar.

Según el Tribunal de Comercio Internacional (OMC), puedes aplicar aranceles cuando:

  • Te hacen dumping, lo que es vender más barato que el coste, para arruinarte lentamente.

  • Hay subvenciones desleales, cuando un país lanza dinero a sus empresas como si fueran criptomonedas en TikTok.

  • Existe una emergencia económica galáctica.

Pero no puedes aplicar aranceles solo porque tu horóscopo dice que hoy Mercurio está en contra de las importaciones.

En mitad de esta batalla entre planetas por ver quién cobra más por menos, las criptomonedas están como Baby Yoda, mirando desde lejos, con los ojos grandes, esperando que no les salpique nada,..., pero ya les está salpicando.

Incertidumbre económica = volatilidad cripto

Cuando los gobiernos juegan al Tetris con las reglas comerciales, los inversores buscan refugios. A veces Bitcoin, a veces una caja de latas.

Huye el dinero tradicional, entra el dinero digital. Las guerras arancelarias hacen que el comercio tradicional se ralentice. ¿Y quién se frota las manos? Exacto Ethereum, Solana,..., y ese primo tuyo que minó Dogecoin en 2019.

Más regulación cripto como represalia
Si no pueden controlar el comercio interestelar, lo intentan con el dinero digital. Porque si algo no entienden… lo regulan hasta hacerlo inútil.

 ¿Qué puede pasar si la batalla arancelaria continúa?

  • Las empresas transnacionales lloran.

  • Los consumidores pagan más por productos más feos.

  • El turismo comercial se esfuma ¿quién quiere viajar a comprar cuando hay un arancel por respirar?.

  • Y los inversores cripto se agarran fuerte al cinturón porque la montaña rusa no ha terminado,..., y no lo ara.

Aplicar aranceles puede sonar a estrategia defensiva… pero muchas veces es como si los Ewoks quisieran pelear contra la Estrella de la Muerte con palos.
Y mientras los gobiernos se dan cabezazos, el mercado cripto observa desde su nave espacial, listo para despegar,..., o estrellarse, según el día.

lunes, 2 de junio de 2025

Episodio IX – El Ascenso del Aranceloscuro

Una vez más, en la galaxia del libre mercado...

La paz fiscal ha sido destruida. El Emperador Trump ha resucitado con su sable láser arancelario, dispuesto a imponer orden económico a base de tarifas, sanciones y tweets mal escritos. Mientras la galaxia intenta entender cómo pagar el pan sin hipotecar su nave, los aranceles galácticos amenazan con colapsar el equilibrio comercial… y hasta hacer llorar a las criptomonedas.

Desde su trono en el planeta Pensilvania, Trump ha anunciado la ampliación de los aranceles al 50% sobre el acero y aluminio europeo, como si fueran ingredientes de una receta de caos económico gourmet.
Objetivo: “defender los empleos americanos”.

Resultado: encarecer la vida del americano promedio mientras hace enfadar a media galaxia.

Cuáles son los planetas afectados:

🇺🇸 Estados Unidos

  • Las empresas manufactureras están felices… hasta que descubren que el acero ahora cuesta como un iPhone de oro.
  • Empresas como Ford, Apple y General Motors están en modo “que la fuerza del contable nos acompañe”.
  • Los ciudadanos ven cómo los precios suben, el turismo se enfría, y los servicios universitarios se encarecen.

🇨🇳 China:

  • La otra gran potencia comercial reacciona con su propio sable de luz, represalias comerciales discretas pero efectivas.
  • Comienza a buscar aliados en otras galaxias cómo en la India, África, TikTok.
  • Empresas como Tesla y Nike, con operaciones allá, ahora pagan más por mover mercancías que por hacer marketing en el Super Bowl.

🇪🇺 Europa:

  • Bruselas se pone el casco de Leia y amenaza con represalias si EE.UU. no rebaja el sable.
  • Los productos europeos cómo el queso, vino, coches, y sí, ¡jamón ibérico!, podrían ver aranceles hasta del 50%.
  • La economía del Viejo Continente tiembla más que C-3PO en un mercado bajista.

Trump, en su cruzada de “proteger a EEUU de ideas extranjeras”, ha restringido la entrada de estudiantes internacionales. Esto va a crear un impacto inmediato, ya que con menos ingresos para las universidades como Harvard y MIT, entre muchas otras, conseguirá una reducción casi de inmediato, las investigaciones y atraer el talento extranjero,..., aunque eso sí habrá mucho más espacio en las bibliotecas. 😅

Un rayo de esperanza apareció, en el Tribunal de Comercio Internacional dictaminó que Trump se pasó tres galaxias de la raya, imponiendo aranceles sin permiso del Congreso.

¿Y qué hizo el emperador naranja? Apeló, obviamente.

¿Los aranceles? Siguen vigentes. Porque ¿Quién necesita constitucionalidad cuando puedes tener “America First”. Así que cuando quitaran los aranceles.

Spoiler: nadie lo sabe.

  • Algunos aranceles han sido “pospuestos” hasta el 9 de julio, como quien pone el reloj 5 minutos más tarde para no enfrentar la realidad.
  • Otros ya están activos y sin fecha de caducidad, como los chicles debajo de los pupitres del Senado.
El turismo sufre en picado,..., ya que viajar a un país arancelado es como entrar a una cantina de Tatooine caro, tenso y probablemente salgas sin cartera. El ciudadano medio, entre inflación, sueldos, se irán empobreciendo.

lunes, 26 de mayo de 2025

Episodio VIII – El Imperio Tarancelario Ataca de Nuevo



Una galaxia en crisis. Una nueva amenaza. Una economía en juego. El Emperador Trump ha lanzado su última ofensiva arancelaria contra la Unión Europea. ¿El resultado? Inflación, tensión comercial y una Europa con dolor de cabeza fiscal.

Este 2025, Donald Trump ha vuelto con su sable arancelario más afilado que nunca, imponiendo un arancel del 50% a todos los productos europeos. ¿Su justificación? Que la Unión Europea “fue diseñada para robarle dinero a Estados Unidos” esto lo dijo en Twitter, porsupuesto.

Pero tranquilo, si pensabas importar tu vino francés favorito o ese BMW que tenías en la lista de deseos, es probable que ahora solo puedas pagarlo vendiendo un riñón o dos.

El objetivo Imperial de Trump, es el aislamiento comercial para el gran poder americano, experto en movimientos geoeconómicos estilo “martillo en vez de bisturí”, busca reindustrializar EEUU a la fuerza. Así como ya lo intentó con China, ahora va contra Europa con la esperanza de lograr lo mismo:

  • Más producción nacional.
  • Menos competencia extranjera.
  • Y probablemente, más inflación en los supermercados.
  • Automóviles europeos (gracias, Alemania, por los Mercedes).
  • Vinos y quesos gourmet (sí, adiós a ese camembert con Chardonnay).
  • Acero y aluminio (porque el acero francés al parecer tiene ideología).
  • Electrodomésticos y maquinaria europea.
  • Lance represalias arancelarias (quizás al whisky o las Harley).
  • Busque nuevos socios comerciales fuera de EEUU, como hizo China. 
  • Y mande un correo educado, lleno de “estimados” y “cordialmente”.
  • Inflación global por el encarecimiento de productos.
  • Inestabilidad en los mercados bursátiles.
  • Cambios en los flujos de inversión internacional.

¿Qué productos serán más caros gracias a esta cruzada imperial? Aquí tienes una posible lista:

La respuesta oficial de Bruselas ha sido un clásico, como de costumbre:

“Defenderemos nuestros intereses, pero seguimos apostando por el respeto mutuo y el diálogo.”

Podríamos traduccir esto: en cómo debería actuar la Unión Europea ante los aranceles de Trump.

Lo más probable es que Europa:

Si el enfrentamiento escala, tendría un impacto en la economía,  podríamos ver:

Y por supuesto, las criptomonedas podrían empezar a brillar como refugio alternativo. Porque cuando la economía se incendia, el Bitcoin aparece como el bombero rebelde con jetpack.

En esta entrega galáctica, podría surgir una esperanza,..., Trump quiere reescribir el comercio mundial a golpe de tarifa. La UE, con su traje de Jedi institucional, espera no perder la cabeza ni los mercados.

¿Sobrevivirá la economía europea? ¿Podrán los consumidores seguir comiendo bien sin hipotecar su casa?

Que la rentabilidad te acompañe... y que los aranceles no te derriben el imperio financiero.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Episodio VII El Despertar del Bitcoin

Hace no mucho tiempo, en una economía muy, muy convulsionada…

La galaxia financiera se encuentra en caos. Las fuerzas del mercado están divididas entre los defensores de las monedas fiduciarias, esos viejos Jedis del dólar y el euro, y los insurgentes del lado oscuro... perdón, del lado descentralizado.

En medio del conflicto, Bitcoin despierta. Algunos lo ven como el elegido de la profecía. Otros, como una amenaza al orden financiero establecido. Pero una cosa es clara,..., el BTC está subiendo más que el Halcón Milenario en modo turbo.

En el planeta Tierra, sector Washington DC, el Imperio ha decidido que si no puedes vencer a las criptomonedas,…, al menos confíscalas, regúlalas y mételas en una bóveda, así que regulariza como si no hubiera inflación.

La Reserva Federal, esa Estrella de la Muerte de la economía mundial, ahora evalúa almacenar criptomonedas en sus reservas. Porque, claro, después de imprimir dólares como si fueran folletos del supermercado, tener algo digital y escaso suena bien, ¿no?

Pero no todo es tan brillante como un sable láser nuevo:

  • La economía de EEUU anda tan estable como C-3PO en una tormenta de arena.

  • La inflación baila con el salario mínimo en un duelo de sables, y adivina quién pierde.

  • La población... ah, esa noble alianza rebelde, paga más en el súper, en la gasolina, en definitiva en la vida.

Mientras tanto, el Dragón Rojo, cansado de los aranceles del otro imperio, ha empezado a desarrollar sus propios sistemas para no depender de Occidente, así que contraataca con una versión asiática:

  • Exportaciones en declive, fábricas más tranquilas que Yoda meditando.

  • Pero... también están acumulando oro, invirtiendo en tecnología cuántica, sin olvidar que esta haciendo ojitos a América Latina y África.

Ah, y por supuesto, prohibieron Bitcoin. Porque, en una dictadura eficiente, mejor tener al pueblo con yuanes digitales que con ideas de libertad financiera.

En la Vieja República, perdón, la Unión Europea, han aprobado el reglamento MiCA, con el entusiasmo de un burócrata rodeado de sellos.

  • Se prohíben las criptomonedas "no autorizadas".

  • Se exige registro, controles, informes, cafés, fotocopias…

  • Y se finge que esto no va a ralentizar la innovación digital.

Pero bueno, al menos lo hacen con estilo. Regulación sí, pero con vino caro y conferencias en Bruselas.

Y en un rincón del universo, El Salvador, ese pequeño planeta rebelde liderado por el joven padawan Nayib Bukele, ha dicho:

"¡Al demonio el FMI! ¡Comprad Bitcoin, hijos de la blockchain!"

  • El país tiene más de 550 $ millones en BTC, con ganancias galácticas.

  • Ha comprado más mientras el resto vendía.

  • Y su población... bueno, algunos aún pagan con dólares, pero los más rebeldes usan Lightning Network para comprar pupusas acompañadas con su salsa y encurtido de repollo, muy rico deberían de poder saborearlo.

¿Es un paraíso económico? No ¿Es interesante? Totalmente.
Bukele va por la galaxia como un Han Solo cripto, disparando tweets y acumulando satoshis.

Bitcoin podría llegar a 200,000 $, o caer a 20,000 $. Nadie lo sabe. Pero lo que está claro es que la galaxia financiera ha cambiado para siempre. La fuerza del dinero descentralizado crece. Los imperios tiemblan. Los rebeldes cripto celebran. Y tú… tú decides si te unes al lado oscuro, centralizado o a la rebelión de las finanzas libres.


martes, 20 de mayo de 2025

Capítulo I: El Nacimiento del Arancel

Una nueva amenaza fiscal ha surgido en la galaxia…


Las repúblicas del comercio han entrado en crisis tras la misteriosa aparición de un antiguo artefacto económico el Arancel.

¿Qué demonios es un arancel? Un arancel es como un impuesto con esteroides que se aplica a los productos que vienen del planeta vecino.

¿Quieres importar naves desde China?¡Bam! Arancel. ¿Te gusta el acero galáctico barato? ¡Toma un 25% de sobrecoste! ¿Crees que un iPhone debería costar menos que una hipoteca? Pues no, con aranceles.

En lenguaje simple y común, ya que es el “peaje” que paga una mercancía por cruzar fronteras, impuesto por gobiernos con ganas de recaudar, proteger o simplemente fastidiar a sus rivales comerciales.

¿Por qué Estados Unidos y China se pusieron a lanzar aranceles como si fueran rayos láser? En 2018, Estados Unidos liderado por Trump, se cansó de que China exportara más que un influencer con descuento de Shein. Para nivelar la balanza, Trump desató una guerra comercial con aranceles a casi todo lo que oliera a “Hecho en China”.

China respondió con la elegancia que le distingue a su imperio, aranceles a productos agrícolas, automóviles y hasta a la mismísima Coca-Cola, ups ahí duele.

¿Y qué tiene que ver esto con las inversiones? Mucho, joven padawan inversionista. Los aranceles son como meteoritos en el sistema económico.

Impacto negativo en las inversiones, con su volatilidad en los mercados. Las bolsas tiemblan como Chewbacca sin su café. Cada tuit arancelario de Trump hizo que el Nasdaq hiciera más giros que una nave rebelde.

Desconfianza en sectores clave, empresas cómo son las tecnológicas, automotrices y exportadoras reciben un daño directo. ¿Inviertes en Tesla? Prepárate para el drama si suben los aranceles al litio chino.

Menor inversión extranjera, cuando un país se vuelve impredecible, los inversores huyen como stormtroopers frente a un Wookiee enojado.

Impacto positivo sí, existe y eso es:

Impulso a industrias locales. A veces, muy pocas veces, los aranceles protegen a las empresas nacionales y les dan un respiro frente a la competencia externa.

Refugio en activos no tradicionales. Y ahí entran… las criptomonedas.

Criptomonedas, los Jedi del caos económico. Cuando el comercio tradicional se tambalea, los traders y especuladores buscan lugares donde esconder su oro digital, para no perderlo o no quebrar

Lo bueno es que el Bitcoin y otras criptos pueden subir cuando los inversores huyen del dólar o el yuan, buscando activos “independientes del Imperio”.

Se vuelven atractivas en tiempos de incertidumbre geopolítica.

Lo malo, si los gobiernos se ven muy presionados, pueden regular más fuerte el uso de cripto como lo realizo China.

La inestabilidad no siempre juega a favor, si cae la economía, también cae la confianza… y las monedas digitales pueden ir con ella.

Los aranceles no son solo un tecnicismo económico, son armas de destrucción masiva financiera. Pueden hundir industrias, alterar la inversión global y empujar a los ciudadanos a mirar hacia las criptomonedas… o a esconderse en un búnker económico hasta que pase la tormenta.

lunes, 19 de mayo de 2025

Capítulo VI: El Imperio del Arancel Contraataca


La galaxia económica está en caos…

El Imperio de los Aranceles ha regresado. Tras un breve tratado de paz con tan sólo 90 días, los fuegos comerciales entre Estados Unidos y China han vuelto a arder más intensamente que el sable láser de Darth Vader con insomnio.

El bloqueo del hiperespacio ¡las mercancías no llegan! Durante años, los Estados Unidos disfrutaron de una relación "cómodamente desigual" con China. Así que tú fabricas barato, yo consumo como si el mañana no existiera.

Pero el nuevo episodio ha cambiado el guión. Los aranceles impuestos por EEUU a productos chinos, como si fueran impuestos al Lado Oscuro, han causado una reducción drástica en las importaciones. ¿El resultado? Los supermercados gringos parecen ahora más vacíos que el alma de un banquero.

Productos electrónicos, sorpresa,  más caros. Juguetes, con escasez en las estanterías , así que lo sentimos, Grogu "Baby Yoda" de plástico.

Herramientas y piezas, desaparecidas como los Jedi. Y los precios de todo, subiendo más rápido que el Halcón Milenario con mucha prisa.

¿Y cómo reacciona el planeta Estados Unidos?

La economía estadounidense no está feliz.
Menos productos = menor oferta = precios más altos. Y si creías que la inflación ya era una molestia, ahora viene con sable doble.

Supermercados suben precios como si fueran NFTs en 2021.

El consumidor medio  tú, yo y la tía que compra en Costco, ve cómo su bolsillo se encoge más que R2-D2 en modo ahorro.

Los pequeños negocios que dependen de insumos importados… están llorando en la ducha.

La Bolsa, ese drama galáctico en el Wall Street está más nerviosa que C-3PO en una fiesta Ewok.

Las empresas con cadenas de suministro chinas como tech, retail, automotriz, sufren cierta caída. Podemos ver al S&P 500 baila con altibajos más intensos que los efectos especiales de una pelea Sith.

Y los inversores… bueno, algunos están sacando su dinero más rápido que Han Solo en una deuda con Jabba.

¡Y en un rincón de la galaxia… las criptomonedas!

En medio del caos, las criptomonedas se presentan como esa rebelión desorganizada que igual te puede salvar… o explotar en la cara. El Bitcoin y amigos se fortalecen como activos alternativos ante la desconfianza del mercado tradicional.

Los más paranoicos huyen del dólar hacia las stablecoins.

Pero ojo, ya que la volatilidad sigue ahí, acechando como el Emperador en la sombra.

Pero qué sucede en China, en el otro lado de la Fuerza. No creas que el Imperio del Dragón se ha quedado de brazos cruzados. Estos también impusieron aranceles a productos estadounidenses.

Pero estos están buscando nuevos aliados comerciales en Asia, África y hasta en la Estrella de la Muerte si hace falta.

Su economía sufre, sí, menos exportaciones, menos empleo en sectores industriales, más presión sobre su moneda.

Pero están invirtiendo más en tecnología nacional, energía interna, y sí… en criptomonedas estatales.

¿Conclusión? La Guerra Comercial no tiene ganadores… sólo supervivientes

Ambos bandos están recibiendo daños. Los consumidores pagan más, las empresas sufren, las bolsas tiemblan y las criptos bailan el limbo. Y todo porque dos superpotencias decidieron jugar al ajedrez… con lanzallamas.

lunes, 12 de mayo de 2025

Episodio V: El Descanso del Arancel


Hace mucho tiempo, en una galaxia no muy lejana…

La Guerra Comercial Intergaláctica entre los Imperios de Donald Trump y Xi Ping parecía no tener fin. Arancel tras arancel, represalia tras represalia, la galaxia económica se sumía en la desesperación y el caos. Pero entonces, ocurrió lo impensable…

En un sorprendente giro narrativo digno de George Lucas, los altos mandos imperiales acordaron lo que ellos llaman una “pausa estratégica” y lo que el resto del universo llama “respiro para no hundirnos del todo”.

Sí, has leído bien, parce ser que no es fake y es una tregua de 90 días sin nuevos aranceles entre EEUU y China, lo que en lenguaje galáctico significa: “Paremos la guerra un momento, que se nos quema el rancho económico.”

Los resultados económicos, versión “no apta para inversionistas nerviosos”

Reino Trump (Estados Unidos)

Empresas tecnológicas. Están más tensas que un sable láser a punto de explotar. Apple y Tesla aún lloran mientras calculan cuánto les cuesta ahora fabricar cosas con chips chinos.

Agricultura. Los rebeldes del maíz y la soya están en huelga silenciosa. China dejó de comprar y ahora todo huele a legumbre acumulada.

Consumo interno: Suben los precios, baja la paciencia. Si compras un televisor hoy, te entregan uno más pequeño… y roto.


República Popular (China)

Exportaciones. Se desaceleran como el Halcón Milenario sin hiperimpulsor.

Inversión extranjera. Empresas buscan otros planetas como Vietnam, para producir cosas sin que les caigan misiles arancelarios.

Consumo interno. Aunque tienen el Plan B, C y D, como siempre, la ralentización económica ya se nota.

La Bolsa, esa criatura volátil que vive en todas las cantinas de Tatooine, ha reaccionado como un droide sin actualizaciones.

Cuando se anunció la tregua, boom, todo subió como si el Imperio hubiera sido derrotado. Dos días después, pum, todo volvió a bajar porque, sorpresa, ¡nadie cree que duren los 90 días sin peleas!

Nuestro amado Trump no podía dejar pasar esta tregua sin recordarnos su genialidad:

> “Este acuerdo de pausa es una gran victoria para América. Ganamos sin disparar un solo láser.”

Claro, Donald. Solo arrasaste con la estabilidad global, los precios del acero y los emojis de Wall Street.

Xi, por su parte, sigue jugando al ajedrez cósmico:

> “Hemos acordado negociar con respeto mutuo.” Traducción Jedi: “Te aguantamos 90 días. Después, seguimos arrasando.”

Mientras Trump grita desde el púlpito imperial, Xi bebe té de jazmín mirando cómo los mercados hacen Tai Chi inverso.

La tregua es real, bueno por ahora, aunque claro el daño ya está hecho:

• El comercio internacional está más herido que un stormtrooper sin casco.

• Las empresas sufren, los consumidores pagan más y los inversores ya ni fingen optimismo.

La Fuerza del Comercio Justo está desequilibrada. Y aunque han guardado los sables por 90 días, todos sabemos que la batalla final se avecina.