martes, 20 de mayo de 2025

Capítulo I: El Nacimiento del Arancel

Una nueva amenaza fiscal ha surgido en la galaxia…


Las repúblicas del comercio han entrado en crisis tras la misteriosa aparición de un antiguo artefacto económico el Arancel.

¿Qué demonios es un arancel? Un arancel es como un impuesto con esteroides que se aplica a los productos que vienen del planeta vecino.

¿Quieres importar naves desde China?¡Bam! Arancel. ¿Te gusta el acero galáctico barato? ¡Toma un 25% de sobrecoste! ¿Crees que un iPhone debería costar menos que una hipoteca? Pues no, con aranceles.

En lenguaje simple y común, ya que es el “peaje” que paga una mercancía por cruzar fronteras, impuesto por gobiernos con ganas de recaudar, proteger o simplemente fastidiar a sus rivales comerciales.

¿Por qué Estados Unidos y China se pusieron a lanzar aranceles como si fueran rayos láser? En 2018, Estados Unidos liderado por Trump, se cansó de que China exportara más que un influencer con descuento de Shein. Para nivelar la balanza, Trump desató una guerra comercial con aranceles a casi todo lo que oliera a “Hecho en China”.

China respondió con la elegancia que le distingue a su imperio, aranceles a productos agrícolas, automóviles y hasta a la mismísima Coca-Cola, ups ahí duele.

¿Y qué tiene que ver esto con las inversiones? Mucho, joven padawan inversionista. Los aranceles son como meteoritos en el sistema económico.

Impacto negativo en las inversiones, con su volatilidad en los mercados. Las bolsas tiemblan como Chewbacca sin su café. Cada tuit arancelario de Trump hizo que el Nasdaq hiciera más giros que una nave rebelde.

Desconfianza en sectores clave, empresas cómo son las tecnológicas, automotrices y exportadoras reciben un daño directo. ¿Inviertes en Tesla? Prepárate para el drama si suben los aranceles al litio chino.

Menor inversión extranjera, cuando un país se vuelve impredecible, los inversores huyen como stormtroopers frente a un Wookiee enojado.

Impacto positivo sí, existe y eso es:

Impulso a industrias locales. A veces, muy pocas veces, los aranceles protegen a las empresas nacionales y les dan un respiro frente a la competencia externa.

Refugio en activos no tradicionales. Y ahí entran… las criptomonedas.

Criptomonedas, los Jedi del caos económico. Cuando el comercio tradicional se tambalea, los traders y especuladores buscan lugares donde esconder su oro digital, para no perderlo o no quebrar

Lo bueno es que el Bitcoin y otras criptos pueden subir cuando los inversores huyen del dólar o el yuan, buscando activos “independientes del Imperio”.

Se vuelven atractivas en tiempos de incertidumbre geopolítica.

Lo malo, si los gobiernos se ven muy presionados, pueden regular más fuerte el uso de cripto como lo realizo China.

La inestabilidad no siempre juega a favor, si cae la economía, también cae la confianza… y las monedas digitales pueden ir con ella.

Los aranceles no son solo un tecnicismo económico, son armas de destrucción masiva financiera. Pueden hundir industrias, alterar la inversión global y empujar a los ciudadanos a mirar hacia las criptomonedas… o a esconderse en un búnker económico hasta que pase la tormenta.

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