¿Te has cruzado alguna vez con ese amigo que, cada vez que abre la boca, te recuerda que tiene tres másteres, habla latín y lee a Kant por diversión?
Bueno,…, eso es Cardano en el mundo cripto. Es una moneda tan académica que, si pudiera, llevaría gafas, coderas de pana y corregiría tu gramática mientras inviertes.
Cardano no es solo una criptomoneda. Es un proyecto filosófico disfrazado de blockchain. Su token se llama ADA, en honor a Ada Lovelace, matemática del siglo XIX.
¿Bitcoin? Nació en un foro.
¿Dogecoin? De un meme.
¿Cardano? De un estudio revisado por pares. Sí, como los papers científicos. Porque aquí no se lanza nada si no ha pasado por revisión, corrección, testeo y probablemente una tesis doctoral.
Su creador, el siempre humilde y,..., nada egocéntrico Charles Hoskinson , el mismo cofundador de Ethereum, aunque eso es lo que dice en todas sus entrevistas, decidió que era hora de que las criptomonedas fueran serias. Que dejaran de comportarse como adolescentes hormonales y empezaran a aplicar ciencia real™.
Cardano quiere ser la blockchain para adultos responsables. Enfocándose en la estabilidad, intentando que no se derrumbe cada vez que alguien tose. Con dos sistemas o más, para poder interactuar y compartir datos, que pueda hablar con otras blockchains sin ponerse celosa. Como una buena sostenibilidad, porque claro el planeta también importa, aunque estén trabajando los mineros de tokens.
Todo eso construido con una metodología académica tan seria que probablemente tuvo más revisores que tu TFG (Trabajo de fin de Grado).
Ah, y todo esto en fases. Porque a Cardano le encanta planificar.
Byron, Shelley, Goguen, Basho, Voltaire…
No,..., no son tus nuevos gatos, aunque podrían sellos. Estos son las etapas de desarrollo del proyecto. ¿Pero dónde estamos ahora? Más cerca de Basho que de Voltaire, pero no te emociones, el ritmo de avance es el equivalente cripto al leer El Quijote en esperanto.
Cardano pasó años en lo que los críticos llaman “modo PowerPoint”, o lo que es lo mismo muchas promesas, poco código. Pero eventualmente, empezó a entregar.
Lanzó staking, pero puedes bloquear tus ADA para ganar más ADA, integró contratos inteligentes con la misma gracia que el de un ingeniero estructural y atrajo a una comunidad fiel como los fans de Star Wars, pero con más debates técnicos en Twitter.
ADA, su token, ha subido, bajado, rebotado y vuelto a caer más veces que una montaña rusa sin mantenimiento. Pero sus creyentes siguen ahí, convencidos de que “Cardano lo hace bien, aunque lo haga lento”.
¿Cuál sería el futuro de Cardano? Aquí hay algunas teoría para todos los gustos:
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Cardano consigue conquista África.
Sí, literal. Tiene acuerdos con gobiernos para implementar sistemas de identidad digital y educación en la blockchain. ¿Un poco mesiánico? Tal vez. ¿Interesante? También podría ser. -
Cardano implementa todo lo prometido y se convierte en el estándar de facto. Vas a pagar tu café con ADA y tu abuela hablará de “la era de Gojoseon”.
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Cardano se vuelve tan académico que se olvida de lanzar productos.
Pero al menos ganará algunos premios por su whitepaper.
Charles Hoskinson es, por sí solo, el influencer, el CEO, el evangelista y el community manager. Da directos en YouTube desde su rancho como si fuera un cripto-cowboy filósofo. ¿En qué plataformas, se puede comprar? Pues claro. Binance, Kraken, Coinbase,…, todas tienen ADA. Aunque a veces lo tratan como al primo serio en las fiestas, ese el que está invitado, pero nadie se le acerca demasiado.
Cardano es la criptomoneda que no te promete que te harás rico mañana, pero sí que el sistema estará tan bien diseñado que no se romperá mientras te haces viejo esperando.
Es ideal si:
- Te gusta la tecnología bien hecha.
- Prefieres la calidad al “pump and dump”.
- Disfrutas leyendo papers técnicos como quien ve Netflix.
Y si no, siempre puedes usar Dogecoin para reírte mientras pierdes dinero.
Y si todavía no tienes tu cuenta para comprar ADA, te dejo mi enlace afiliado a Coinbase
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Porque hasta Cardano necesita que alguien lo compre para seguir filosofando.