Hoy, en el parte de guerra financiero, tenemos noticias desde el frente bancario la CNMV ha decidido sacar el silbato, levantar la bandera blanca y poner en pausa el periodo de aceptación de la OPA. Vamos, que los generales han ordenado a la tropa dejar de disparar mientras los estrategas del Sabadell afilan su pluma para redactar un sonoro “NO” a la última oferta “mejorada” del BBVA.
Pero, ¿qué demonios significa eso de “mejorada”? Pues aquí viene el truco de magia. La oferta inicial del BBVA consistía en cambiar tus acciones de Sabadell por acciones de BBVA con un pequeño extra en efectivo, algo así como “te doy un billete de 20 y 70 céntimos por cada 5,5 billetes de 5 que tengas”. La mejora no es que de repente te den un billete de 50, no. Simplemente lo han planchado, perfumado y puesto dentro de un sobre bonito. Hablando en plata, la esencia es la misma, pero presentada con más brillo para ver si cuela.
El Sabadell por su parte, no se queda quieto. Mientras Torres el generalísimo del BBVA, despliega sus tropas financieras, en la otra trinchera se lanzan nuevas deudas como si fueran sacos de arena. Emiten bonos y refuerzan el balance, una jugada que les da oxígeno y que complica el asedio, cuanto más blindadas estén las murallas del Sabadell, más caro le sale al BBVA tomar la plaza.
Y ahora viene lo bueno, la recta final de la OPA se acerca y hay tres escenarios posibles, cual guion de película bélica:
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Victoria relámpago de Torres: los accionistas aceptan la oferta y BBVA entra triunfante en Sabadell. Bandera azul en la plaza y fiesta en la cantina.
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Resistencia heroica del Sabadell: el consejo convence a su tropa de que aguanten. Los accionistas votan NO, Sabadell sigue independiente y el BBVA se queda con las ganas. Torres, con la espada en alto, se retira a los cuarteles con cara de póker.
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Guerra de desgaste: la CNMV da margen y BBVA tiene que mejorar la oferta una segunda vez, porque la actual no convence ni a los más desesperados. Los accionistas ganan tiempo, los mercados se divierten y la batalla se alarga como una serie de Netflix sin final claro.
Ahora bien, ¿cuál es el escenario más probable según las últimas noticias? Todo apunta sin duda al tercero, una guerra de trincheras. El Sabadell ha ganado fuerza gracias a su revalorización en bolsa y eso convierte a sus accionistas en soldados bien armados, con poder de negociación. El BBVA, si de verdad quiere conquistar la plaza, tendrá que abrir la cartera y lanzar otra ofensiva, porque la oferta “mejorada” más que una cena de gala entre banqueros, esta OPA empieza a oler como una ración caducada encontrada en un refugio abandonado, dura de tragar, poco nutritiva y con el riesgo de que acabes enfermo después de probarla.
En el frente del asedio financiero, la gráfica es nuestro mapa de trincheras. A la izquierda vemos al Sabadell en solitario, defendiendo sus murallas con un valor que, aunque modesto, mantiene a raya al enemigo. Luego aparece el primer ataque del BBVA, con una oferta que parecía generosa… hasta que los generales del Sabadell calcularon que aquello equivalía a prometer pan duro en vez de pan caliente.
Más tarde, el BBVA lanza su oferta mejorada, como quien envía refuerzos en mitad de la batalla, con un poco más de soldados, un poco más de munición, pero todavía no lo suficiente para doblegar la resistencia. Finalmente, el valor actual del Sabadell muestra que el banco aún puede mantenerse en pie, aunque sembrando dudas entre sus accionistas ¿rendirse ahora o esperar a que el enemigo suba aún más la apuesta?
La conclusión es clara, la batalla sigue viva y la próxima jugada podría decidir si el BBVA entra triunfante en la plaza… o si tendrá que retirarse a reorganizar sus tropas. Así que ya lo saben, soldados de la inversión, mantengan el casco puesto y los prismáticos preparados. El humo de los cañones todavía no se ha disipado y en esta guerra financiera, el que dispara último lo suele hacerlo con pólvora mucho más cara.
