Querido diario del siglo XXI, hoy he presenciado un milagro financiero. PayPal ha descubierto las criptomonedas. Sí, ese mismo PayPal que hasta hace cuatro tuits consideraba al Bitcoin una herramienta del mal, al Ethereum una receta de cóctel raro, y al Dogecoin… bueno, en eso tenían razón: es un chiste, pero uno que paga café.
Pero como todo converso que se respeta, PayPal no solo se ha subido al tren cripto, ha comprado billete en primera clase y lo ha bautizado como si fuese el último grito de la innovación. Pay with Crypto, lo llaman, porque “Pagar con lo que hace cinco años juramos que era peligroso” un nombre así podría quedar demasiado largo.
Es la flamante función con la que PayPal te permite usar tus criptomonedas para pagar productos y servicios directamente desde su plataforma. Pero no te emociones demasiado, libertario de teclado: antes de que el vendedor reciba su pago, PayPal convierte tus cripto en euros o dólares. Nada de transferencias en blockchain, nada de esperar validaciones de la red ni de disfrutar de la descentralización. Aquí todo pasa por el filtro bendito de San PayPal y sus comisiones apostólicas.
No esperes que puedas pagar con esa altcoin de nombre impronunciable que minaste en el portátil del trabajo. Ya que PayPal solo acepta:
-
Bitcoin (BTC) – Porque esta claro, que si no lo metes, te hacen memes.
-
Ethereum (ETH) – El más fashion del DeFi, ideal para el brunch digital.
-
Litecoin (LTC) – Sigue vivo. Nadie sabe cómo, pero ahí está.
-
Bitcoin Cash (BCH) – El primo rebelde que nadie invita, pero igual aparece en toda barbacoa.
Si esperabas Solana, Cardano o Shiba Inu, te toca esperar. PayPal se mueve con la agilidad de un funcionario en viernes por la tarde.
Una duda que suele surgir es ¿Quién podrá usar esta nueva habilidad? Como si un juego de MMO se tratara. A todos esos usuarios que quieren “usar cripto” pero sin enterarse de cómo funciona. Es decir:
-
Al cuñado moderno que compró 0,0023 BTC en 2021 y ahora dice que “invirtió en activos digitales”.
-
Al joven ejecutivo que tiene miedo de usar Binance, pero no de las comisiones de PayPal, porque aún no las ha leído y no lo ara, ya que la gran mayoría de la población les da pereza leer.
-
A ti, sí, ciudadano de a pie, que todavía crees que las criptomonedas son cosas de hackers, libertarios con gorra y rusos malos de película, gracias al educado pánico que nos regalaron durante años los inquisidores de bancos y gobiernos.ç
-
Comodidad: Por fin puedes gastar tus criptos sin hacer malabares con exchanges, wallets, códigos QR y sacrificios a Satoshi.
-
Aceptación: El hecho de que un dinosaurio fintech como PayPal se una al juego cripto da legitimidad a todo el sector. Es como cuando tu padre de la Generación Boomer, X o Y empieza a usar WhatsApp, sabes que algo está cambiando, aunque sea tarde y con errores tipográficos.
-
Puerta de entrada para novatos: PayPal actúa como ese primo que te lleva al gimnasio por primera vez y te deja usar solo las máquinas fáciles.
Ah, sí. Esto no sería un producto PayPal si no viniera con letra pequeña, comisiones grandes y cierta sensación de que te están mirando el alma.
-
No hay descentralización real: Tus cripto no están en tu poder, están en la caja fuerte de PayPal, y ellos deciden cuándo y cómo puedes usarlas, cómo cualquier entidad Bancaria y recuerda, ellos son realmente los dueños de tú dinero y no tú. Puede que lo descubras cuándo este en marcha el Euro Digital, sepas de esa forma una que lo que tengas en metálico ya no se podrá usar y el al dinero digital, le podrán poner fecha de caducidad y no podrás hacer nada, asumirlo como una buena oveja obedientes.
-
Comisiones camufladas: Como buenos alquimistas financieros, convierten tu cripto a fiat al precio que les da la gana, y a ti te toca sonreír.
-
Ilusión de modernidad: En realidad, no estás pagando “con cripto”, estás vendiendo tu cripto para pagar en euros. Pero shhh, no lo digas muy alto o se rompe la magia.
¿Tarde? Sí. ¿Centralizado? Por supuesto. ¿Controlado y monetizado hasta el último satoshi? ¡Desde luego!
Pero aún así… bienvenido, PayPal.
Porque aunque llegues como turista al mundo cripto, traes contigo a millones de usuarios que quizás, solo quizás, empiecen a mirar la blockchain sin pensar en sectas, pirámides o apocalipsis financieros.
Y eso, amigo lector, ya es un avance. Aunque lo hayas leído con cara de sospecha mientras aún pagas en efectivo “porque no te fías”.
Sigue leyendo el blog, ríete un poco, y si te atreves… paga en Dogecoin. O no. Al final, lo importante es que te salgas del oscurantismo financiero y abraces la era del “cripto-qué-coño-es-esto”.