Argentina siempre fue pionera en algo, sobrevivir económicamente a puro ingenio, con lo que sucedió con el corralito. Mientras otros países veían al Bitcoin como una "tecnología del futuro", acá lo vimos como una tabla de salvación con más sentido que el peso oficial. ¿Comprar cripto para proteger tus ahorros? Más argentino que el mate y los memes de inflación.
Antes de que el gobierno dijera “acá mando yo”, el mundo cripto en Argentina era un carnaval:
- Nadie declaraba nada.
- Todo el mundo usaba exchanges extranjeros.
- Y los grupos de Telegram parecían más bien cuevas digitales donde se pasaban USDT como si fueran figuritas del Mundial.
Se podría decir que todo era una anarquía cripto con empanadas de fondo.
Todo cambió en 2024, cuando el Congreso aprobó la Ley 27.739, y con ella, la era del "bueno, ahora sí, a rendir cuentas". A partir de ese momento, la Comisión Nacional de Valores (CNV) puso manos a la obra y lanzó un registro obligatorio para todos los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV).
Y la AFIP,..., por supuesto, apareció como ese cuñado que se apunta al asado sin avisar y gratis, ahora quiere saber si compraste Dogecoin, cuánto ganaste con Solana, y si ese NFT raro con forma de empanada te dio alguna plusvalía.
Según el gobierno, los objetivos de la regulación son nobles y civilizados:
- Prevenir el lavado de dinero, porque el problema era Bitcoin y no los bolsos con dólares.
- Proteger a los usuarios, del mercado, claro, no del peso.
- Y cumplir con las recomendaciones del GAFI, para que afuera crean que tenemos todo bajo control.
Pero entre nos,..., la verdadera motivación es recaudar. Porque si hay una economía paralela que funciona mejor que la oficial... ¡a ponerle impuestos, papá!
Aunque parezca increíble, no todo es burocracia y formularios PDF:
- Seguridad jurídica: ya no tenés que operar como si fueras un hacker ruso con pasaporte falso.
- Acceso a servicios financieros más seguros: con exchanges registrados, ya puedés dejar de temer que desaparezcan tus fondos más rápido que tu sueldo frente al dólar.
- Reconocimiento oficial: ahora tu inversión en criptomonedas es casi tan seria como una propiedad en Mar del Plata.
Pero ojo:
- Declarar ganancias de cripto es obligatorio cómo engorroso.
- Podés quedar en la mira de la AFIP más rápido que si vendieras dólares por Mercado Pago.
- Los costos de cumplir con la regulación pueden ahuyentar a pequeños proyectos y nuevos inversores.
La reacción popular fue... mixta:
- Algunos lo vieron como una victoria: “por fin algo serio con las criptos”.
- Otros lo tomaron como un funeral vikingo para la evasión glamorosa.
- Y la mayoría simplemente dijo: “¿puedo seguir cobrando en USDT y comprar sin que me cierren la cuenta?”
El argentino promedio sigue usando cripto para esquivar la inflación, el cepo y las pesadillas fiscales. Solo que ahora, con un poco más de culpa y un nuevo Excel llamado “declaración jurada”.
Argentina se lanzó a regular las criptomonedas con entusiasmo, necesidad y un poco de presión internacional. Lo hizo a su propia manera, con leyes, formularios y la esperanza de atrapar algo de ese dinero digital que tanto circula.
¿Funcionará? ¿Lo aceptará la gente? ¿Sobrevivirá el espíritu libertario cripto?
Solo el tiempo y la cotización del dólar cripto lo dirán.