Las tropas estaban alineadas, los generales revisaban sus estrategias y los tambores de guerra financiera sonaban con fuerza. La CNMC tenía previsto ayer, 28 de abril, reunirse para debatir un tema candente, la oferta pública de adquisición OPA hostil lanzada por BBVA contra Banco Sabadell.
En esta reunión, los altos mandos iban a deliberar si era procedente o no seguir adelante con la operación, qué condiciones se podían imponer y si podría haber riesgos de que el mercado financiero español quedara convertido en un monopolio vestido de azul BBVA.
Todo apuntaba a que sería un día histórico. Los inversores afilaban sus tweets, los analistas sacaban brillo a sus informes de emergencia, y la prensa tenía ya preparados titulares como:
"CNMC bendice o condena el asalto del BBVA."
Pero no, estimados combatientes de los mercados. La reunión fue cancelada.
Sin muchas explicaciones, la CNMC anunció que el tema no se trataría ese día. Y así, la esperada batalla se convirtió en un silencioso repliegue, dejando a bancos, accionistas y periodistas mascando nervios como soldados esperando órdenes que nunca llegan.
¿Por qué cancelaron? Oficialmente:
- Por el Apagón eléctrico en toda España y no luchar a oscuras.
- Aplazamiento por cuestiones de agenda interna.
- Necesidad de analizar más documentación.
- Traducido al lenguaje bélico: los generales no quieren disparar antes de tener claro quién va a recoger los cadáveres.
En esta reunión si hubiese ocurrido, la CNMC habría tratado:
- Si la OPA de BBVA genera problemas de competencia en ciertos mercados regionales o de productos financieros.
- Qué condiciones pondrían para aprobarla (por ejemplo, vender algunas sucursales, respetar ciertas condiciones laborales, etc.).
- Cómo proteger a clientes y pymes ante la concentración bancaria.
Y lo más importante, la CNMC tenía en sus manos dar luz verde o roja al primer paso formal que permitiría o el cual podría frustrar el sueño de grandeza de BBVA.
Aunque el Gobierno español puede opinar, no tiene la última palabra. La decisión definitiva está en manos de:
- La CNMC: Analizará competencia y condiciones.
- La CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores): Supervisará aspectos financieros de la OPA.
- Los accionistas del Banco Sabadell: En última instancia, decidirán si venden o no sus acciones a BBVA.
El Gobierno puede intervenir sólo si considera que la operación afecta a sectores estratégicos (spoiler: la banca no está técnicamente catalogada como tal en este contexto, salvo temas de seguridad financiera). El nuevo calendario es incierto, pero los analistas esperan que:
- En mayo o junio se retome el tema en el seno de la CNMC.
- Posteriormente, BBVA formalizará la OPA (si no se tropiezan antes).
- Los accionistas votarán en verano o principios de otoño.
Así que, mientras tanto, la guerra sigue fría pero latente. Las trincheras bancarias no descansan, y el humo de la pólvora (rumores de fusiones y presiones políticas) sigue en el aire.
La reunión cancelada nos recuerda que en el mundo financiero la guerra no siempre explota de inmediato. A veces, los generales prefieren afilar aún más sus lanzas antes de lanzarlas.
La OPA entre BBVA y Banco Sabadell promete más capítulos épicos: alianzas, traiciones, titulares exagerados y, quién sabe, quizás algún histórico "acuerdo de paz"... o un asalto final glorioso.
¡Seguiremos informando desde el frente!