Aunque solo tenía una publicación para hoy, no podía esperar para añadir esta última noticia.
Señoras, señores y criptobros: ¡Paren las rotativas digitales! Lo que parecía imposible ha sucedido. Después de un tiempo de guerra comercial, discursos llenos de testosterona tarifaria y amenazas dignas de película de acción de estilo de serie B, el presidente Donald Trump ha... cómo decirlo sin que se le revuelva el ego... reculado.
Sí, lo leyeron bien. El arquitecto del muro arancelario más famoso del siglo XXI acaba de anunciar que los aranceles del 145% a productos chinos serán sustancialmente reducidos. Y lo dijo con ese tono de "no es que haya perdido, es que me estoy reinventando".
Aquí tienen el video del momento histórico, donde, entre líneas, Trump deja ver que la batalla comercial no la ganó precisamente él:
Estados Unidos del “America First” al “Bueno, quizás no era para tanto…” Después de hinchar el pecho durante años, ahora toca buscar la camisa blanca más neutra del armario y salir diciendo que quizá, solo quizá, subir aranceles como quien colecciona sellos no era tan buena idea.
Pero tranquilos, porque todo tiene solución. Entre los posibles pasos que podría tomar EE.UU. están:
- Firmar acuerdos comerciales como si fueran stickers de fútbol.
- Lanzar un discurso heroico tipo “lo hicimos por el bien del mundo”.
- Culpar al gobierno actual (porque siempre funciona en campaña).
China es el dragón que no pestañeó, que ha soportado arancel tras arancel como quien ve una serie de Netflix sin saltarse la intro, ha respondido elegantemente con un 125% de aranceles a los productos estadounidenses. Vamos, que si esto fuera un juego de mesa, Pekín acaba de hacer jaque mate con una sonrisa estilo del filosofo Confucio. ¿Y qué hará ahora? Lo más probable es:
- Bajar sus aranceles solo si le da la gana
- Invertir más en África y Asia como diciendo “bueno, ustedes sigan con sus peleas”.
- Ofrecer TikTok en versión premium solo para estadounidenses, por pura ironía.
Los mercados entre el alivio y el drama financiero, sin olvidar que siempre emocionales como una telenovela, reaccionaron al anuncio como si alguien hubiera prometido café gratis en Wall Street:
- El Nasdaq subió un 3,47%, porque los techies son fans de la paz.
- El Dow Jones, un 2,21%, por si acaso.
- Y el IBEX 35, ese primo europeo al que no invitan a todo, también subió un 1,52%.
Después del discurso de Trump, los inversores respiraron. Porque claro, menos guerra comercial igual a menos sustos en la bolsa.
Al final y viendo lo como una moraleja para economistas dramáticos, lo que nos queda es la lección de que ni los muros arancelarios duran para siempre, ni las guerras comerciales se ganan a base de Twitter (aunque se intentó). Lo que sí queda claro es que la economía global es una telenovela con capítulos nuevos cada semana y a veces, hasta Trump tiene que bajarse del pedestal y recoger el guion con humildad.
¡EXTRA, EXTRA!: Trump recula, China sonríe, Wall Street aplaude… y nosotros, como siempre, hacemos memes.