El eterno pulso entre la OTAN y los BRICS no solo se libra con diplomacia, sanciones y despliegues militares, ya que también ha convertido al mundo de las criptomonedas en una montaña rusa más emocionante que el Dragon Khan. Desde que Rusia decidió invadir Ucrania, la volatilidad en los mercados se disparó y claro, los inversores corrieron al Bitcoin como quien busca refugio en un bunker… digital.
Los “expertos” (sí, esos que predicen lo que ya pasó) coinciden en que el gran detonante fue la expulsión de bancos rusos del sistema financiero internacional. El resultado emitido desde Moscú y compañía empezaron a mirar las criptos con ojitos de enamorados, usándolas como vía alternativa para mover valor sin pedir permiso a SWIFT ni a Wall Street.
La guerra además, hizo que muchos empezaran a desconfiar de las “monedas de toda la vida” sobre todo al dólar y el euro, que ahora parecen tan estables como una silla coja en un terremoto. Así que, entre tanta incertidumbre, los criptoactivos se convirtieron en el nuevo escondite para los ahorros de quienes prefieren la volatilidad digital a la volatilidad geopolítica.
¿Y el precio del Bitcoin? Pues un espectáculo digno de Las Vegas, primero se desploma, luego rebota con fuerza y después vuelve a marear al mercado según evoluciona la trama de OTAN vs BRICS. Básicamente, un reality show financiero con más giros que una telenovela turca.
Mientras tanto, los BRICS juegan a ser los arquitectos de la economía del futuro, fantaseando con lanzar una criptomoneda transnacional que les permita decirle “adiós” al dólar y a SWIFT. Suena bien sobre el papel, pero claro, hacerlo en medio de tensiones militares y diplomáticas es como intentar montar un mueble de IKEA sin manual de instrucciones, mucho entusiasmo, pero muy complicado.
El conflicto OTAN-BRICS no solo mueve tropas y tanques, también mueve velas japonesas en las gráficas de trading. Y aunque el panorama es incierto, lo único claro es que las criptomonedas seguirán siendo ese refugio extraño: impredecible, nervioso, pero tentador, para quienes buscan una salida en este circo geopolítico-financiero.